martes, 18 de junio de 2013

ATLAS DEL ARTE ESPAÑOL I (ARQUITECTURA)

Inicio ahora una nueva serie de mapas sobre el arte. Inicialmente, sitúo los monumentos y ciudades más representativas, dando por supuestas muchas omisiones de obras muy locales y poco conocidas, aunque con el tiempo iré incorporándolas con la mayor disponibilidad de tiempo libre para el blog en el verano.
Saludos.


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LA ARQUITECTURA RENACENTISTA DEL SIGLO XVI
 
En este siglo se distinguen tres etapas que se corresponden cronológicamente con los tres tercios del mismo.
El periodo "plateresco" ocupa el primer tercio. Presenta obras profusamente decoradas y cuyo centro esencial es Salamanca, y su obra representativa es la fachada de la Universidad, sita en el Patio de las Escuelas.
Hacia los años cuarenta del siglo empiezan a importarse formas italianizantes, mucho menos ricas en decoración y con mayor presencia de elementos clasicistas. Es el llamado estilo "purista" y sus dos grandes focos -por tener dos de sus grandes obras- son Alcalá de Henares, con su fachada del Colegio de San Ildefonso, y Granada, con su Palacio de Carlos V, en el mismo recinto de la Alhambra.
Por fin, desde 1563 se impone el estilo "escurialense" o "herreriano", que debe su nombre a su fundador: Juan de Herrera, verdadero artífice del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Un arte geométrico y tan grandioso como austero de decoración, rompe con la tradición artística nacional hasta el momento y se erige en plena sierra de Guadarrama, ideado inicialmente por Juan Bautista de Toledo, formado en la Roma papal del Cinquecento, en plena construcción de la basílica de San Pedro, en la cual se inspira inicialmente.
 
 LA ARQUITECTURA BARROCA (1600-1750)
 
A inicios del siglo XVII la sociedad europea entra en un periodo de fuerte y duradera crisis que anuncia un profundo cambio para el futuro. La crisis golpea más fuerte a la Europa latina y católica del Mediterráneo, frente a la emergente Europa del norte, sajona y protestante. Son tiempos de contrarreformismo en España y ello se traduce en un nuevo arte: el Barroco, el cual tendrá una larguísima vida, pues se prolonga hasta la mitad del siglo siguiente, en el que muy lentamente va adoptando las nuevas formas neoclásicas.
Al igual que en el siglo anterior, se distinguen tres periodos que ocupan cinco décadas cada uno.
En los primeros años del siglo aún se notan bastante los ecos de las obras del recién acabado monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Juan Gómez de Mora adopta la estética herreriana y construye sus obras más importantes en la recientemente elegida sede definitiva de la corte española: Madrid.
A mediados del siglo la decoración va haciendo, cada vez más, acto de presencia en las nuevas obras, la mayoría de ellas templos religiosos.
Con el final de la dinastía de los Austrias al finalizar el siglo XVII, se inicia un período de plenitud del Barroco que se prolongará hasta la mitad del siglo. La decoración ya es abundante y se convierte en la principal protagonista de la obra arquitectónica. Madrid y su nuevo "hinterland" sigue siendo el epicentro de este arte, el cual tiene ya dos vertientes, una de tipo nacional y castiza, frente a otra, más cortesana y refinada, plasmada en los nuevos reales sitios.