lunes, 30 de septiembre de 2013

EL TESORO DE LOS QUIMBAYAS

En una reciente visita al Museo de América en Madrid, pude admirar el formidable tesoro de los quimbayas, pueblo colombiano del valle del Cauca, afluente del Magdalena. En una sala blindada y con medidas de seguridad puede admirarse. ¿Cómo llegó a Madrid? ¿Fue por el saqueo del periodo colonial? No.
La historia de este fabuloso tesoro, realizado en el primer milenio de nuestra era, comienza con su descubrimiento en los años 90 del siglo XIX. Por el apoyo del gobierno español en una crisis entre Colombia y Ecuador, el gobierno de Bogotá regaló este tesoro a la España de la regente María Cristina. Tras ser expuesto con motivo del IV Centenario del descubrimiento de América, pasó a ser depositado en el Banco de España, para salir en 1985 a su asentamiento definitivo en el actual Museo de América.
Dejo algunas fotos para que las disfrute el lector.

 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 12 de agosto de 2013

EL TESORO DE LA FRAGATA MERCEDES Y LA REPRODUCCIÓN DEL SANTÍSIMA TRINIDAD

El Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena
Es muy interesante el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), con sede en Cartagena. Expone piezas y, sobre todo, métodos de investigación de esta disciplina. A finales de este año 2013 se abrirá al público parte de los tesoros de la fragata Mercedes. Recordemos como hace un par de años saltó a la actualidad el contencioso del Estado Español con la empresa norteamericana caza-tesoros Odyssey, la cual localizó los restos del buque y logró extraer el tesoro. Tras dura batalla legal, el Ministerio de Cultura ya tiene el tesoro en sus laboratorios cartageneros y en plenas labores de restauración.
En mi reciente visita estival a Cartagena y Alicante pude fotografiar una mínima muestra que se expone en un par de estanterías, en espera de la exposición permanente anunciada.
 
Oro. ¿Pitillera de rape?
 
Gemelos de oro
 
 Monedas deterioradas con la funda de su saco
 
Monedas de plata deterioradas comparadas con algunas restauradas.
Obsérvese las napias afiladas del Borbón ... ¿recuerdan a las de otro Borbón? 
 
 Monedas gravemente deterioradas

El letrero lo dice todo


El preludio de la tragedia de Trafalgar
El 5 de octubre de 1804 llegaba a las costas del sur de Portugal la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, acompañada por los navíos Medea, Santa Clara y Fama. Eran días sin peligro marítimo, pues había paz con Gran Bretaña. La flotilla española llegaba a Montevideo proveniente de El Callao. De la ciudad rioplatense zarpó el día 9 de agosto al mando de don José de Bustamante y Guerra, marino que había acompañado a Malaespina en su célebre expedición científica por los dominios del rey Carlos IV.
Llevaba un riquísimo cargamento en sus bodegas: además de productos textiles, comprendía su carga oro y plata en forma de monedas acuñadas en el virreinato del Perú. Los británicos lo sabían y buscaban un motivo para forzar a España a la guerra. ¿Qué mejor que asaltar el tesoro para que el gobierno de Godoy rompiese las hostilidades?
El enfrentamiento de la flotilla española con la británica fue desastroso. Nada más comenzar el combate saltó por los aires la Mercedes, dejando 249 marineros muertos. Los 51 supervivientes fueron apresados y llevados Gran Bretaña. La guerra estaba servida y tendría su punto culminante en Trafalgar, con el hundimiento de la flota española, yéndose con ella a pique su poder naval secular. Su símbolo fue el hundimiento en dicha batalla del galeón Santísima Trinidad, el Escorial de los Mares.
Los británicos se quedaron con un palmo de narices, pues no pudieron obtener tan rico tesoro, que se fue a dormir el sueño de los justos durante doscientos años en el fondo de las aguas del golfo de Cádiz. El 25 de febrero de 2012, el tesoro de 17 toneladas fue trasladado por dos aviones Hércules del Ejército del Aire desde Florida a la base madrileña de Torrejón. El 30 de noviembre de 2012 se decidió que el tesoro se expondría en Cartagena, en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, donde llegaba el 2 de diciembre de 2012. Finalmente, este mes de julio llegaba a Cartagena el resto del tesoro, pues los muy cucos de los yankees habían dejado una parte del tesoro en Gibraltar. Los británicos lo tuvieron unos pocos meses en l peñón ... ¡doscientos siete años después del intento de robo!
 
Y ... unas fotos más
Y para terminar esta entrada tan fotográfica, expongo las fotos que tomé la semana pasada en mi viaje a Alicante. Corresponden a la reproducción del galeón Santísima Trinidad, el llamado Escorial de los Mares. El galeón fue construido en La Habana con maderas de primerísima calidad. Mandado por Hidalgo de Cisneros, fue apresado por los británicos tras una durísima batalla, los cuales lo abordaron casi por completo destruido y, aunque lo intentaron trasladar a Gibraltar como trofeo, se hundió aguas al sur del cabo de Trafalgar, tras el combate naval. En este verano de 2013 encontré una reproducción del mismo atracada en el puerto alicantino, convertido en un pequeño museo y en un bar. Con la entrada se tiene derecho a una consumición gratis. Si alguien lee esto y está o va a ir a Alicante, ahí tiene un lugar recomendable al que ir.
 
Alimentos de las bodegas para mitigar el escorbuto 


La horrible suerte del herido en combate

Los artilleros ... ¡Fuegoooooooo!

 
Atracados en Alicante


A este fin de copas, cubatas y cañas en la cubierta están mejor destinados estos barcos que sus antepasados gemelos


Otra toma del galeón

Un león marino en la proa ¿daría miedo a alguien?

La popa del Santísima Trinidad 
 
 Y esto fue todo. Saludos

sábado, 13 de julio de 2013

UN NUEVO BLOG

Desde hace ya un tiempo que voy elaborando mapas, muy costosos de hacer por cierto, al lograr dominar un programilla para elaborarlos, pero -como dice el refrán- "sarna con gusto no pica". De hecho, las últimas entradas en este blog son precisamente mapas. Mi afición a la cartografía es aún más antigua que a la historia, por lo que desde siempre disfruté con los atlas y esos maravillosos dibujos que contienen, por lo que, elaborarlos es ya lo más de lo más para mí. El poder reseñar los aspectos que me parecen más importantes frente a otros o poder elaborar algunos poco frecuentes me encanta.
Como en este blog es difícil entrar en un post ya pasado, he comprobado que algunos mapas que voy introduciendo no se leen. Por ello, ante lo inútil de acumularlos sin ton ni son, he decidido crear un nuevo blog hace unos días para mejor consulta a los interesados en estos menesteres.
Hoy, ¡¡¡por fin!!! tras una semana de esperar a que el blog pudiese encontrarse en los buscadores decido escribir esta entrada informativa. Poco a poco iré viendo cómo clasificar los sucesivos mapas individualizados para mejor consulta del lector del blog. Iré trasladando los mapas de este blog al nuevo y, lentamente, iré creando otros nuevos. Espero que interesen al lect@r.
 
El nombre del blog es HISTOGEOMAPAS.BLOGSPOT.COM
 
La denominación indica que, primero la historia, pero también a su hermana la geografía irá destinado el naciente blog.
La primera entrada es un mapa nuevo que trata del primer año de la Guerra de la Independencia, entre 1807 y 1808.

¿Qué será de HISTOCLIOP.BLOGSPOT.COM? Pues que seguirá existiendo y, a veces seguiré haciendo alguna entrada que se me vaya ocurriendo. Un blog que cada día visitan cientos, sí, cientos de personas del otro lado del Atlántico para leer la entrada estrella sobre las CONSECUENCIAS DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA, entrada que me ha dejado sorprendido del rotundo éxito que ha tenido desde que se me ocurrió escribirla allá por la primavera de 2009.
 
Pues nada más ... ¡¡y nada menos!! 
 
Saludos.
 
 
 

martes, 18 de junio de 2013

ATLAS DEL ARTE ESPAÑOL I (ARQUITECTURA)

Inicio ahora una nueva serie de mapas sobre el arte. Inicialmente, sitúo los monumentos y ciudades más representativas, dando por supuestas muchas omisiones de obras muy locales y poco conocidas, aunque con el tiempo iré incorporándolas con la mayor disponibilidad de tiempo libre para el blog en el verano.
Saludos.


PENDIENTE DE COMENTAR


PENDIENTE DE COMENTAR


PENDIENTE DE COMENTAR


PENDIENTE DE COMENTAR
 
LA ARQUITECTURA RENACENTISTA DEL SIGLO XVI
 
En este siglo se distinguen tres etapas que se corresponden cronológicamente con los tres tercios del mismo.
El periodo "plateresco" ocupa el primer tercio. Presenta obras profusamente decoradas y cuyo centro esencial es Salamanca, y su obra representativa es la fachada de la Universidad, sita en el Patio de las Escuelas.
Hacia los años cuarenta del siglo empiezan a importarse formas italianizantes, mucho menos ricas en decoración y con mayor presencia de elementos clasicistas. Es el llamado estilo "purista" y sus dos grandes focos -por tener dos de sus grandes obras- son Alcalá de Henares, con su fachada del Colegio de San Ildefonso, y Granada, con su Palacio de Carlos V, en el mismo recinto de la Alhambra.
Por fin, desde 1563 se impone el estilo "escurialense" o "herreriano", que debe su nombre a su fundador: Juan de Herrera, verdadero artífice del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Un arte geométrico y tan grandioso como austero de decoración, rompe con la tradición artística nacional hasta el momento y se erige en plena sierra de Guadarrama, ideado inicialmente por Juan Bautista de Toledo, formado en la Roma papal del Cinquecento, en plena construcción de la basílica de San Pedro, en la cual se inspira inicialmente.
 
 LA ARQUITECTURA BARROCA (1600-1750)
 
A inicios del siglo XVII la sociedad europea entra en un periodo de fuerte y duradera crisis que anuncia un profundo cambio para el futuro. La crisis golpea más fuerte a la Europa latina y católica del Mediterráneo, frente a la emergente Europa del norte, sajona y protestante. Son tiempos de contrarreformismo en España y ello se traduce en un nuevo arte: el Barroco, el cual tendrá una larguísima vida, pues se prolonga hasta la mitad del siglo siguiente, en el que muy lentamente va adoptando las nuevas formas neoclásicas.
Al igual que en el siglo anterior, se distinguen tres periodos que ocupan cinco décadas cada uno.
En los primeros años del siglo aún se notan bastante los ecos de las obras del recién acabado monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Juan Gómez de Mora adopta la estética herreriana y construye sus obras más importantes en la recientemente elegida sede definitiva de la corte española: Madrid.
A mediados del siglo la decoración va haciendo, cada vez más, acto de presencia en las nuevas obras, la mayoría de ellas templos religiosos.
Con el final de la dinastía de los Austrias al finalizar el siglo XVII, se inicia un período de plenitud del Barroco que se prolongará hasta la mitad del siglo. La decoración ya es abundante y se convierte en la principal protagonista de la obra arquitectónica. Madrid y su nuevo "hinterland" sigue siendo el epicentro de este arte, el cual tiene ya dos vertientes, una de tipo nacional y castiza, frente a otra, más cortesana y refinada, plasmada en los nuevos reales sitios.
 

jueves, 28 de febrero de 2013

ATLAS DE HISTORIA UNIVERSAL (II). PREHISTORIA

Aquí van dos mapas de Prehistoria. En estos meses de invierno el tiempo me es muy escaso y de ahí que tarde tanto en publicar mapas. Su elaboración exige tiempo. Naturalmente, si alguien detecta un error, le rogaría que me lo haga saber para subsanarlo. Pues nada, que los mapas sirvan al lector y que los use de forma totalmente libre.


Aunque soy más aficionado a la Historia Contemporánea, reconozco que el pasado remoto no deja de ser apasionante. El problema es la dificultad para investigar ante lo escaso y limitado de las fuentes, además de su datación cronológica -a pesar de los avances de los métodos del laboratorio como el Carbono 14 o el Potasio Argón-, pues siempre aparecen restos nuevos que tiran por tierra viejas teorías y suposiciones. Como puede verse en el mapa, hoy los investigadores aceptan esa teoría del origen del hombre en África Oriental y el antepasado común negroide.
Sucesivas migraciones desde Tanzania llevaron a clanes y tribus a exporar todo el continente para, posteriormente, llegar al actual Oriente Próximo y bifurcar sus caminos: hacia el oeste, los caucasoides blancos, poblaron Europa. Otra oleada llevó a aquellos individuos al extremo del continente asiático. En un tiempo tan dilatado, y al pasar por tantos y tan variados territorios, sufrieron los rigores de la adaptación al medio y sus cambios y evoluciones físicas. Se iniciaba la "gran divergencia" de esos grupos que fueron el antepasado común de los humanos, desde el Australopitecus al Homo Sapiens actual.
Tres grandes grupos raciales: negroides, caucasoides y mongoloides, fueron el tronco de las tres grandes razas actuales. Grupos de mongoloides asiáticos, persiguiendo posiblemente manadas de mamuts, cruzaron el estrecho de Bering, al noreste asiático, rumbo al noroeste americano. Una manga de tierra unía los dos continentes. El final de esa manga de tierra impidió la vuelta atrás y la llegada de nuevos grupos de asiáticos ... hasta la mitad de la Edad Media y la llegada de los escandinavos. El hombre americano es una evolución del hombre asiático. Grupos de cazadores y recolectores se iban expandiendo lentamente por los confiunes de esos continentes.
  
Hacia el 9.500 a.C, esos grupos nómadas y salvajes del Creciente Fértil entraban en la etapa de la barbarie al descubrir las actividades ganaderas y agrícolas. El cereal del trigo fue el alimento básico de esas nuevas tribus sedentarias.
De forma casi simultánea, sin ningún tipo de contacto ni difusionismo, hicieron lo propio los humanos del Extremo Oriente. El arroz sería su cultivo estrella, base su alimentación.
La otra zona, aceptada por los investigadores, surgió en América, en los altiplanos de Mesoamérica y en los de los Andes. Eran los pueblos amerindios, los pueblos del maíz, la otra base alimenticia fundamental.

sábado, 9 de febrero de 2013

ATLAS DE HISTORIA UNIVERSAL (I): LA EDAD CONTEMPORÁNEA

Como ya dije me voy a internar en la confección, lenta, eso sí, de un atlas de Historia Universal, tras realizar los esbozos de uno de Historia de España. Esta primera entrada se incluyó en la última de aquella serie. Ahora la expongo aquí y la elimino de aquella. Pues nada, repetir que son mapas de libre y plena disposición de cualquier lector que los lea y aquél al que interese.
Saludos.

EL NACIONALISMO EUROPEO DEL SIGLO XIX: LOS CASOS DE ITALIA Y ALEMANIA.
EL IMPERIO AUSTRO-HÚNGARO.
EL NACIONALISMO IMPERIALISTA EXTRAEUROPEO
 
El auge del nacionalismo en la Europa de la Restauración tras la guerras napoleónicas, se manifestó en dos formas, aunque ambas tenían una base social liberal burguesa y popular. El nacinalista, para el logro de sus aspiraciones, tiene que luchar en un doble frente: el de la guerra civil por un lado y, por otro, el de la guerra de liberación nacional. La burguesía nacionalista identifica al estado al que pertenece -pero de distinta cultura- como opresor y como el enemigo absolutista a batir. Además, en ese siglo XIX, el Romanticismo recupera el interés por lo folklórico y por el estudio de las historias nacionales, especialmente por el Medievo. El recuerdo de un pasado legendario o idealizado, que en algunos casos coincidió con una época independiente y de especial esplendor histórico, es el pretexto del burgués nacionalista, que en este siglo XIX pertenece a otro estado, de diferente religión o mentalidad colectiva.
Como decimos, hay dos formas de nacionalismo: el reunificador y el disgregador. El nacionalismo reunificador busca reunir territorios que no forman un estado propio, pero que se consideran un mismo país. Estos territorios tienen diferentes estados independientes y, también territorios que pertenecen a otra nación de diferente cultura. Es el caso de Italia y Alemania. Un territorio que sobresale de los otros, emprende el camino de unirse con otros de igual cultura. Como es lógico, no hay unanimidad en aceptar que ese territorio sea el protagonista de la unificación: casos de Nápoles o Baviera (que no aceptan la tutela de Piamonte o Prusia), por lo que hay una guerra civil. Paralelamente, un estado más poderoso y de otra mentalidad colectiva, domina parte de esos territorios (sobre todo el caso de Austria-Hungría), por lo que se asiste a una guerra de liberación nacional.
Al tiempo hay un país ajeno al proceso pero que intenta intervenir para evitar la formación del país resultante. Es la Francia de Napoleón III, que interfiere en los propósitos de los nacionalistas de Italia y Alemania. En ambos casos salió mal parada y ocasionó su propia caída.
A finales del siglo, en la zona Balcánica y en Centroeuropa, se asiste al auge del nacionalismo disgregador, en el cual no se trata de reunificar territorios, sino simplemente de iniciar una guerra de independencia. Será el caso de la descomposición de los imperios otomano y austro-húngaro. Estas burguesías asisten a guerras de liberación nacional, frente a la opresión extranjera.


La formación de Italia como un estado moderno propiamente dicho es reciente, en comparación con su historia milenaria. Desde los años del Renacimiento hasta 1870, la actual península Itálica y los territorios al sur de los Alpes, siempre eran considerados por los demás europeos como Italia en sí, y sus propios habitantes se autoconsideraban a sí mismos como italianos. Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, Bernini, etc, etc. Sin embargo, sus territorios formaban un verdadero mosaico de estados independientes entre sí. Por si fuera poco, desde finales de la Edad Media hispanos y franceses se habían introducido en la península y se disputaban su control.
Durante la Edad Moderna se asiste a la pugna en territorio itálico por su dominio, con la resignada mirada de los propios italianos y el mismo Papado. Los pontífices intentaban contrapesar a ambas potencias extranjeras para evitar la hegemonía de una sola y así tener la esperanza de la debilidad de ambas para, en un futuro cercano, poder lograr una independencia.
Tras la Guerra de Sucesión española (1702-1714), los españoles son expulsados de la península y se introduce el poder austríaco en la península, que logra rechazar un intento de reanexión española en el reinado de Felipe V, ordenado por el cardenal Alberoni. Sólo la monarquía de Saboya y los Estados Pontificios quedaban como los dos grandes países autóctonos, además de pequeños reinos secundarios. Con el pasar del siglo XVIII los Borbones españoles se introducen en Nápoles y en Parma como reyes independientes de la corona de España.
En el siglo XIX, con el auge del nacionalismo, aparecen los primeros intentos de una futura reunificación. Ya Napoleón había intentado la fromación de un reino satélite de Italia, que fracasó tras la caída del corso en Waterloo en 1815. Desde entonces, revolución burguesa italiana y reunificación nacional irían de la mano, como se vería en las revoluciones románticas y democráticas de 1848.
El Papado aspiraba a esa unificación desde un punto de vista religioso. Esa postura llegó a tener cierto apoyo. Sin embargo, la silla de San Pedro fue ocupada por el oscurantista Pío IX, que tras un inicio de pontificado relativamente liberal, se destacó por su oposición frontal al signo de los tiempos.
Descartado el estado del Vaticano, el reino de Nápoles, atrasado y en manos de los Borbones, tampoco era un elemanto en el que la burguesía nacional pudiese confiar. Los pequeños estados del centro-norte eran débiles y también antiliberales. Sólo el reino del Piamonte, con la dinastía de Saboya al frente era una garantía de éxito.
El primer ministro piamontés, Cavour, inició una hábil diplomacia para atraerse a la Francia de Napoleón III y expulsar a los austriacos del norte y noreste.
Según vemos en el mapa (1) Cavour hubo de ceder para siempre Niza y la propia Saboya al emperador galo. A cambio Piamonte-Cerdeña (2) conseguiría, tras una guerra con Austria, la próspera Lombardía (3) y su capital Milán. Los piamonteses lograban anexionarse ya sin violencia, y en medio de la euforia popular, los pequeños reinos del centro (Módena, Parma, Toscana), trasladando inclusive la capital de Turín a Florencia, naciendo el reino de Italia, con la intención futura de seguir la expansión.
La siguiente etapa de la unificación consistió en anexionar la costa adriática del Estado Pontificio (Romaña y las Marcas) para poder atacar al reino borbónico de Nápoles (4), bastión reaccionario, atrasado social y económicamente. Garibaldi y sus tropas nacionalistas desembarcaron en Sicilia y, tras conquistar la isla, siguió hacia la península, para unirse a los ejércitos italianos del norte y confluir en capital napolitana.
En 1866, tras la derrota de los austriacos ante los prusianos, los italianos podían anexionarse el Véneto (5). Los austriacos habían sido expulsados casi por completo de Italia, pues conservarían hasta 1919 el Trentino.
En 1870, también aprovechando los ataques prusianos a Francia, protectora del Papa Pío IX, conseguían los italianos entrar en la ciudad de Roma (5), convertida en la capital del reino. Acanbaba así el proceso de unificación, aunque reconociendo al Vaticano como un estado independiente, sin que Pío IX reconociese el Estado Italiano. Habrá que esperar a los pactos de Letrán en 1929 para el reconocimiento papal de la Italia de Mussolini.


Respecto de la unificiación nacional de Alemania se puede decir que sigue las pautas generales observadas en el caso italiano. Alemania, la vieja germania romana y en la Edad Media el Sacro Imperio Romano Germánico, era también un mosaico de estados en la época renacentista. En la mitad sur alemana el catolicismo era mayoritario y logró resistir con éxito el avance del luteranismo del norte. El último gran emperador, el católico Carlos V y primero rey Habsburgo de España, hubo de aisistir al inicio de las desgarradoras guerras de religión y que tendrían su colofón en la de los Treinta Años (1618-1648).
Durante el siglo XVIII emergió un poderoso estado en el este: el reino de Prusia, gobernado por la familia de los Hohenzollen. Esta sería la versión alemnana de los Saboya italianos. También, como en el caso italiano, todos los habitantes del Imperio se autoconsideraban a sí mismos como alemanes, pero sin un estado común. También los Habsburgo de Austria dominaban el Imperio junto a los prusianos.
Al llegar el siglo XIX, con las guerras napoleónicas, nació la Confederación Alemana, heredera del viejo Sacro Imperio. Tras 1815, con la restauración del absolutismo, Prusia, con la anexión del oeste, se convertía en la principal potencia. Tras el fracaso de las revoluciones de 1848, el nacionalismo aborreció del poder austriaco y se acercó a Prusia. En el ámbito económico nacía el zollverein, unión aduanera y comercial, que incluía la parte austriaca no eslava.
Un estadista y notable diplomático, al igual que el italiano Cavour, el canciller Otto Von Bismarck, sería el motor de la unificación. Tres fases serán necesarias para la reunificación.
En un primer momento, Bismarck supo atraerse a su futuro enemigo para resolver la cuestión de los ducados daneses. Una guerra de la alianza austroprusiona contra Dinamarca, acabó con la incorporación de Sleswig y Holstein a Prusia, mientras que Mecklemburgo pasaba a la Confederación.
En una segunda fase, Bismarck sabía de la necesidad de expulsar a Austria del proceso, por lo que forzó al enfrentamiento con los Habsburgo. En la batalla de Sadowa (1866) aplastó a los austriacos, dejando las manos libres a los prusianos para diseñar la unificación bajo su órbita. La consecuencia fue la alianza con el otro enemigo de los austriacos: la naciente Italia, la cual consigue el Véneto.
En una tercera fase, Bismarck, ya libre de los austriacos, decide provocar a Francia, para conseguir la anexión de la Confederación Alemana del Norte y las regiones francesas de Alsacia y Lorena. Nacía el Imperio Alemán bajo la tutela de Prusia y capital en Berlín, con el kaiser Guillermo I.
Por fin, en una cuarta fase final, Bismarck consigue anexionarse la Confederación Alemana del Sur. Alemania entraba en una época de hegemonía en el continente europeo.


En este mapa encontramos el ejemplo del nacionalismo disgregador. Desde el siglo XIX se reavivaron los movimientos nacionalistas en el imperio austrohúngaro regido por la dinastía de los Habsburgo. El viejo imperio era un conglomerado de nacionalidades muy diversas.
Muy minoritaria es la cultura de la región que domina: la cultura germánica austriaca. Ya desde mediados del siglo se optó por hacer una monarquía dual o bicéfala: una, en la propia Austria, en los territorios más occidentales, y la otra en Hungría, con los territorios orientales. Viena y Budapest serán las dos capitales. El imperio no durará mucho, a pesar de su engrandecimiento territorial a costa de los despojos del viejo imperio otomano en los Balcanes desde finales del siglo XIX.
Repasando los pueblos gobernados bajo el cetro imperial observamos que conviven germánicos, de religión católica, en la actual Austria (1); magiares o húngaros (2), también católicos; checos y eslovacos (3), de religión luterana; eslavos croatas y bosnios (4), de religión ortodoxa y minorías musulmanas; rumanos de Transilvania (5), de religión ortodoxa; polacos (7) católicos de Galitzia, muy católicos; y, por último, italianos (6) del alto Adigio o Trentino, católicos.
Como era de esperar, era un imperio de dudosa lealtad y, en la gran crisis social y económica que derivó de la Primera Guerra Mundial, saltó por los aires. Todas estas ncionalidades citadas se independizaron del viejo imperio, atizadas por la aplicación del principio de libre autodeterminación que impuso el presidente estadounidense Wilson en los Tratados de Versalles de 1919.
Hungría (Budapest) nacía de nuevo como país independiente, así como Checoslovaquia (Praga). Por su parte, la nueva Polonia, independizada de la Rusia zarista, se anexionaba Galitzia y su capital Cracovia. También se unían a un nuevo estado los bosnios y croatas, que lo hacían a la nueva Yugoslavia (Belgrado), heredera de la vieja Serbia, así como los transilvanos se reunían con el -aún joven- reino de Rumanía. Finalmente, el Alto Adigio, la región del Trentino, mayoritariamente italoparlante, pasaba a manos de la monarquía italiana de los Saboya. Era el final de la unificación italiana.
La actual Austria, el territorio germánico, derrocó a la dinastía secular y proclamó la I República, en medio de disturbios revolucionarios.


Y, en último lugar, el nacionalismo expansionista o imperialista. Surgió en la segunda mitad del siglo XIX como consecuencioa de la II Revolución industrial. Junto a los dos grandes imperios occidentales, el francés y el británico, nacían los de otras naciones europeas, incluso en el propio Estados Unidos. África y Asia van a sustituir a América Latina (sometida indirectamente por Estados Unidos) y ambas caerán en el dominio de diversas naciones europeas. Postulados racistas de superioridad de la raza blanca sobre las demás y postulados económicos de necesidad de materias primas nuevas, son las bases de este nacionalismo expansivo.
África es la presa más débil y asequible. En el Congreso de Berín de 1885-86 fue repartida a modo de botín como puede verse en el mapa. Asia, por el contrario, presa de mayor dificultad para ser sometida, no fue conquistada por completo. Los europeos hubieron de contentarse con someter ciertos territorios de forma indirecta, como en el caso de China, o en los estados-tapón o barreras entre imperios para no chocar entre sí (ET). Estos estados fueron Irán, Afganistán, Nepal, Buthán, Tíbet o Thailandia. Servían como barrera entre rusos y franceses frente a británicos.
En 1914, con la Primera Guerra mundial, los alemanes serán expulsados de ambos continentes. Más tarde japoneses e italinos, tras la Segunda Guerra Mundial. Para más adelante dejamos el nacionalimo descolonizador afroasiático, ya en la segunda mitad del siglo XX, con la expulsión del resto de potencias europeas.

 
LOS PRIMEROS PASOS EN LA UNIFICACIÓN EUROPEA:
LA EUROPA COMUNITARIA DE LOS AÑOS 60
 
En 1957, por el Tratado de Roma, nacía el Mercado Común Europeo con seis países miembros: Francia, República Federal de Alemania, Italia y el trío del BENELUX (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Eran tiempo de Guerra Fría y de superación de la postguerra europea: tres grandes países agredidos por el Eje se asociaban con los dos grandes vencidos.
Sin embargo, los otros países europeos no lo vieron con buenos ojos, sobre todo Gran Bretaña, país que favoreció un segundo bloque de países alternativos a los "seis" de Roma. En 1960, por el Tratado de Estocolmo, nacía la EFTA con siete países miembros: Austria, Dinamarca, Gran Bretaña, Noruega, Portugal, Suecia y Suiza. En 1961 se sumaba Finlandia y mucho más tarde, en 1970, lo hacía Islandia.
Parecía que la EFTA triunfaba sobre el Mercado Común Europeo, pero era una apariencia, pues en breve, tres países básicos de aquella ingresarían en el Mercado Común Europeo, desequilibrándose definitivamente la balanza en favor del Mercado Común.
 


LA EUROPA COMUNITARIA DE LOS AÑOS 70

En la década de los 70 Europa continúa avanzando en su proceso de integración. El Mercado Común Europeo pasa a denominarse Comunidad Económica Europea (CEE) desde 1973 con la incorporación de dos antiguos miembros de la EFTA (Gran Bretaña y Dinamarca) e Irlanda. A finales de la década (1979) se incorpora Grecia, país mediterráneo que ya ha superado su dictadura política. Nacía la "Europa de los Diez". Este año de 1979 se celebran las primeras elecciones al Parlamento de Estrasburgo, por lo que ya se aventuraban objetivos más allá de los meramente económicos.
En esta década la EFTA queda ya relegada de la Europa del futuro, el cual ya pasa definitivamente por la CEE. Dos de sus miembros se han mudado a la Europa de Bruselas.



LA EUROPA COMUNITARIA DE LOS AÑOS 80



LA EUROPA COMUNITARIA DE LOS AÑOS 90



LA EUROPA COMUNITARIA DE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI


 

jueves, 10 de enero de 2013

BREVE ATLAS DE HISTORIA DE ESPAÑA (V): LA EDAD CONTEMPORÁNEA

Esta parte de la historia es la que menos mapas tengo publicados, dado que aún los estoy elaborando y que son los más difíciles, al representar aspectos más complicados, como son los político-sociales o los económicos.
Saludos.

EL PROTECTORADO ESPAÑOL EN MARRUECOS
(1906-1956)








Estos mapas del protectorado español en Marruecos y el del desastre de Annual, quedan pendientes del comentario.


LAS ELECCIONES A CORTES EN LA RESTUARACIÓN (1890-1923)

Tras el desastre de Annual, el gobierno conservador surgido de las elecciones de 1920 no tenía mucho futuro. Como siempre, el turno se impone: el presidente del gobierno finge la crisis gubernamental y presenta la dimisión. El rey, por tanto, entrega el poder al jefe de la oposición, en este caso a los liberales. Es curioso que, desde 1891, fecha en que se aprueba el sufragio universal masculino, siempre se turnen los dos partidos por mayorías absolutas en un corto espacio de dos o tres años de media de duración de legislatura. ¿Es posible que tales bandazos ideológicos en una misma provincia fuesen reales? Se debían logicamente a las artimañas de unos profesionales en el arte de trucar las elecciones. La red caciquil, sobre todo rural, garantizaba la puntualidad del turno. El paso al poder de las demás fuerzas de oposición: carlistas, regionalistas, republicanos y socialistas, quedaba anulado para que nunca pudiesen ganar y poner en peligro la estabilidad de la monarquía alfonsina o de Sagunto.
Estas elecciones de 1923 serían las últimas de la Restauración. En ese mismo año, el 13 de septiembre, el general Miguel Primo de Rivera daba un golpe de estado en Barcelona y finiquitaba para siempre los dos partidos del turno, la Constitución de 1876 y todo el "tinglado" canovista.


EL SOVIÉTICO ILIÁ EHRENBURG EN LA RECIÉN PROCLAMADA "REPÚBLICA DE TRABAJADORES"

El escritor soviético Iliá Ehrenburg viajó a España en el invierno de 1931-32, cuando apenas empezaba a funcionar el régimen de la II República y su recién aprobada Constitución de 1931. El viajero soviético describió aquella España como un país muy atrasado y con unos políticos visionarios que fiaban todo el progreso español a la mera existencia de un régimen republicano.
Su ameno libro España, República de trabajadores, tiene ya un título irónico. Destacan sus descripciones de Madrid como ciudad artificial en mitad de la meseta, del atraso de las Hurdes o de Extremadura y Andalucía. En todas sus páginas da la palabra a los personajes con los que trató: señoritos, labriegos, camareros, etc. Sin embargo, ya destaca la ciudad de Barcelona como caso aparte, como la ciudad más moderna de España, de corte europeo, aunque provinciana si se la compara con las grandes urbes del continente europeo.

 ESPAÑA EN GUERRA, 1936-1939


  
El comentario de estos mapas de la guerra civil están comentados en las direcciones siguientes del blog:


LA DIVISIÓN REGIONAL EN LA ÉPOCA FRANQUISTA 



Durante el Franquismo, las regiones eran meras entidades territoriales sin ninguna relevancia más allá de la meramente simbólica. Era normal en un Estado plenamente centralizado desde Madrid.

CAMBIOS TERRITORIALES ENTRE 1978 Y 1983:
LA ESPAÑA DE LAS AUTONOMÍAS


Tras la recuperación de las libertades democráticas en 1978 con la aprobación de la Constitución ese año, se estableció el nuevo mapa autonómico entre 1978 (primeros estatutos de autonomía  de Cataluña y País Vasco) y 1983 (aprobación del último estatuto de autonomía, el de la Comunidad de Madrid). Los cambios son los siguientes:
* Las dos regiones de Castilla la Vieja y León desaparecen para fundirse en la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
* La región de Castilla la Nueva desaparece para denominarse Castilla-La Mancha.
* Las antiguas provincias de Santander y Logroño abandonan Castilla la Vieja y forman dos nuevas comunidades autónomas: Cantabria y La Rioja respectivamente.
* La provincia de Madrid abandona Castilla la Nueva y forma la Comunidad de Madrid.
* Por su parte, la provincia de Albacete abandona su pertenencia a la región murciana y se integra en la nueva Castilla-La Mancha.
Esta nueva división responde a una mezcla de factores geográficos e históricos. Castilla y León supone la unificación de la cuenca del Duero. Cantabria y La Rioja abandonan la Meseta Norte y se asoman a la Cornisa Cantábrica y en el Valle del Ebro respectivamente, con criterios de tipo geográfico.
El caso de la Comunidad de Madrid no responde a criterios de geografía física (es parte de la Meseta Sur), sino urbana, por su gigantismo metropolitano frente a Castilla La Mancha, más ruralizada.
Del resto de Comunidades Autónomas destacar el cambio de nombre de Vascongadas por el de País Vasco o Euskadi. 
En dicho mapa autonómico no se tocaron los límites provinciales establecidos desde tiempos de Javier de Burgos, con sus fallos palpables. De ahí que en la actualidad haya algunos problemas locales, como por ejemplo, el caso del Condado de Treviño, territorio burgalés en Álava, o poblaciones no integradas en su provincia por motivos culturales o históricos, como por ejemplo el caso del Rincón de Ademuz (territorio valenciano más cercano a Teruel), la franja catalano-parlante del este de las tres provincias aragonesas, Requena, en Valencia, más volcada a Cuenca, o el caso de Orihuela, más orientada a Murcia que a la Comunidad Valenciana.